Quizá sea porque jugamos a ser niños otra vez; porque con nosotros está Júpiter alineado; porque quizá somos de la misma manera diferente... Yo creo que es porque consigues que yo consiga todo, porque hago que te olvides de tus malos días incluso de problemas. Creo que soñamos cómo sería todo esto de la manera en la que nosotros lo controláramos. Éste es mi juego. Atrévete tú también a sentirte Especial.

domingo, 22 de noviembre de 2009

No sé cómo caminar.



Me despierto y miro hacia la ventana. Hace un día espléndido, una tiempo soleado y cálido que debería sorprenderme, ya que en invierno no suelen hacer de éstos. Pero sin embargo, una tarde triste y silenciosa. Donde el mínimo aleteo de las palomas es lo único que se oye, donde una simple respiración se convierte en el centro de atención, donde no se oye más que las motas de polvo rozando contra el suelo. Una tarde triste donde las haya. Me asomo a la ventana y arrojo un suspiro directamente al falso sol que crearon mis espejismos. Miro al cielo y compruebo que de repente aparecen unas cuantas nubes de color grisáceo dispuestas a expandirse hasta que lo único que quede sea amargura. Veo cómo las flores se van escondiendo, cómo los montes son eclipsados y cómo el aire olor a lluvia va entrando en mis pulmones. Me ofrezco voluntaria para construir un nuevo mundo, podría ser algo muy parecido a lo que nunca vimos, podría ser mágico y no apático. Se me desvanece el sueño. Las nubes dibujan un nombre que no es esperanza, miro al cielo y grito en silencio, esperando que alguien me oiga y sea capaz de resolver lo nunca resuelto, sea capaz de oír aquello que nunca se dijo.
Cálida tarde de invierno en la que mis ojos sienten una presión, mis párpados se prolongan y el brillo de mis pupilas queda en una mísera marca de decepción. Me depara una noche larga y oscura como ninguna otra. Una en la que la luna no sea reina sino esclava.

viernes, 13 de noviembre de 2009

NADA ES PARA SIEMPRE...


Una vez que tu cabeza realmente sabe que en esta vida no hay nada eterno, entonces empiezas a plantearte qué merece y qué no la pena. Sin esa eternidad, sin esas amistades que duren para toda la vida, sin esas relaciones para siempre, sin esos momentos mágicos intactos hasta el resto de tus días... con todo eso, pero sin confiarnos en su duración, debemos aprender a vivir. Nuestro rededor va cambiando constantemente, mientras que tú no eres más que otro variante del mismo. Nos decimos mil y una vez que alguien va a ser algo en nuestro interior para siempre, pero estos sentimientos abstractos se van convirtiendo en materia mortal por mucho que quieras aferrarte a ellos. Así vamos cambiando de relaciones, de constumbres, de pensamientos, al fin y al cabo, acabaremos rompiendo nuestras "tradiciones". Y sí, sé que es una pena estar mirando al futuro, imaginarte un futuro sin algo que es un gran apoyo para ti en tu historia, imaginarnos cómo será nuestro día a día si varían nuestras relaciones... pero ese futuro, esos cambios pasarán, y mi futuro se está convirtiendo en mi presente. Hoy mismo, ese alguien con el que tenías mucha confianza, o la que te juró su amor eterno, o simplemente lo que pensabas y sentías al ver eso que tanto te gustaba, ha desaparecido, se ha ido disipando y esfumado poco a poco hasta quedarse sin valor. Ya no queda en esta sociedad la sinceridad, la pureza y la fidelidad que podría haber antes, o cada vez son menos. Aún queda gente que ama, ama con el corazón y lo hace de verdad, aún hay gente que sabe lo que quiere y sabe realmente que eso no cambiará nunca, gente que ama o que odia hasta en su descanso final. Gente así, gente humana y humilde, gente verdadera. Pero tampoco debe ser tan malo tener las cosas claras y decirte, nada es para siempre, sólo si lo sientes de verdad. Plantéatelo: ¿Tú lo sientes?