Y cada vez que me mires a los ojos te sonreiré con ellos. Aprendí a diferenciar lo bello de lo atractivo, así que si tus dientes no hablan, hablará mi sonrisa. Mentiré a la vida si es necesario para que me devuelva una patada en la boca del dolor. Y aunque desvaríe de forma incoherentemente coherente sabrás que es porque sin esto no se puede alucinar. Nunca me coloqué aunque a veces me descoloques.
Siempre me muero de risa si me dejas que intente hacerlo.