
Intento mirarte a los ojos pero me aturden tus ganas de no hacer frente a mis nervios. Necesitaría escuchar los latidos de tus locuras para adivinar si algún día me sonará algo de lo que estoy viviendo. Que ninguna atadura con el destino sea capaz de arruinar las fuerzas que nos impulsan contra lo que nadie supone que haremos. No seré yo quien amargue los momentos más dulces que tarde o temprano llegarán; he decidido crear un mundo de fantasía donde no gana quien no arriesga, en el cual no vive quién no desea.