Confiar, apoyarte en alguien que nunca te fallará. Es demasiado pronto para hablar de la muerte, pero cometería el mismo error si empezara a hablar de la vida. Ellas siempre están aquí. Él está aquí. Ellos siempre estarán, pase lo que pase, aunque llegue a matar. Por eso merece la pena abrir los ojos, descubrir que él los mira fijamente, que cada día descubre un nuevo detalle, que cada día descubres una virtud. Volver a verlas para sentir que solo no eres ni la mitad de lo que eras. Entrar en casa y saber que ellos te cuidan, pero que también necesitan ser cuidados antes de que el papel de enfermera lo haga nuestra misteriosa y cercana amiga. Sí, Ella en mayúsculas. Pero merece la pena dormir cuando sabes que mañana SEGURO que te espera un día mejor, que cada atardecer trae consigo nuevas fuerzas para retomar el camino de esta nueva fortuna.

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